Cuando los indies encontraron a los indies

Que el negocio de la música encontró un gran aliado en el mundo de los videojuegos no es nuevo, no es noticia y ya, casi casi, es tema de hemeroteca más que de un post. En este artículo de 2012 se recogen algunos de los juegos más molones basados en bandas de rock que habían surgido hasta ese momento. Aquí hay un exhaustivo listado de bandas y/o grupos y/o solistas con juegos basados en ellos (algunos sorprendentes para mal). En términos de ventas Guitar Hero y Rock Band marcaron un antes y un después. Desde el lanzamiento de la primera entrega de Guitar Hero para PS2 en 2005 hasta hoy han surgido muchas secuelas y versiones del juego. También del Rock Band. Fue en aquellos años cuando la industria musical se dio cuenta de que aumentaban las ventas de los temas/bandas que estaban incluidos en los juegos. Un negocio redondo que beneficiaba a las dos industrias pero que parece que llegó a un punto de inflexión hace un par de años. Aunque recientemente Sony ha presentado la última versión, Rock Band 4. Y Lenny Kravitz protagoniza el anuncio del nuevo Guitar Hero Live. ¿Renace este género? (espero que sí, no entiendo cómo aún no hay un Rock Band de los Foo Fighters).

Aunque, de todo esto, siempre me quedo con la cinemática de la intro de The Beatles Rock Band:

En este post ya hablé de cómo la música estaba entrando en el mundo de los videojuegos y no me quiero repetir demasiado. Haciéndome eco del título, en esta ocasión hablaré de cómo los indies (de música) se encuentran con los indies (de videojuegos).

Empezando por lo más reciente y cercano, la banda indie española Love of Lesbian acaba de presentar un videoclip rodado en 360. Un videoclip para verlo con gafas de realidad virtual. El proyecto se llama “Efímera”, se ha desarrollado con el soporte de Red Bull y se puede visitar estos días en La Casa Encendida de Madrid.

Cuando hablé de videojuegos y música ya mencioné “Los Ríos de Alice”. Un videojuego para plataformas móviles desarrollado por Delirium Studios para/junto a la banda Vetusta Morla. Los Ríos han crecido y Vetusta y Delirium acaban de presentar el juego en su versión extendida (y mejorada) para Wii U.

En Canadá, paraíso de lo indie y de los videojuegos, Lou Don Planet X (en KickStarter) es un videojuego tipo arcade donde tendrás que matar alien tocando música con algunas bandas indies locales. Tiene una pinta estupenda.

Pero no es solo los videojuegos aportan a los músicos: los músicos indies también aportan a los videojuegos. Son numerosas las colaboraciones en forma de banda sonora de un juego. MTV recoge algunos ejemplos en este artículo y yo me quedo con Beck:

Y la conclusión sigue siendo la misma que casi siempre: los usuarios somos cada vez más “multientrada”. Empiezan a desdibujarse –mucho- las fronteras entre cada tipo de contenido. Nos gusta jugar al Rock Band de Metallica porque es nuestro grupo favorito y es natural que un grupo quiera contar sus historias no solo a través de las letras de las canciones sino de otro tipo de experiencias. Porque sentimos en global y la tendencia será, cada vez más, a producir los contenidos en global, también. Seremos contadores de historias y las contaremos con todos los recursos a nuestra disposición. Porque somos receptores de historias y nos gusta, cada vez más, que lleguen a nosotros a través de todas las formas posibles.

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