Lecturas (y escuchas) encadenadas: Desierto Sonora

Así suena el Desierto de Sonora:

Wikipedia, como fuente de fuentes, nos cuenta esto del Desierto:

https://es.wikipedia.org/wiki/Desierto_de_Sonora

Cuando escuché el episodio del desierto de sonora de Las Raras Podcast (Cruces en el desierto, enlazado más abajo) estaba limpiando la cocina con los auriculares puestos. En un punto del episodio, cuando se reproducía una llamada de socorro de una mujer a un servicio de emergencia, me tuve que quitar los guantes corriendo y pausar la reproducción. Fue tal el impacto que me causó que tengo perfectamente grabado ese momento. 

Las Raras es mi podcast favorito, esto no es ningún secreto, por el enfoque tan artesanal que tienen para tejer las historias. En el episodio Cruces en el desierto, como en todos sus episodios, son las voces de los protagonistas las que construyen el relato. Y esas voces son un grito de ayuda constante. Las crisis migratorias mundiales están de forma presente en las noticias, aunque nunca suficientemente presentes teniendo en cuenta la magnitud de la catástrofe humanitaria a la que nos enfrentamos en todas las fronteras. Es un tema en el que no soy experta, así que no voy a tratar el tema en profundidad, solo voy a hacer un «Lecturas encadenadas» que va a incluir «Escuchas encadenadas» donde las historias de personas concretas van a ponerle voz y nombre al horror de la crisis migratoria que sucede en el desierto de Sonora, entre México y Estados Unidos.

Visualizo todos estos contenidos que voy aponer aquí como la pizarra de sospechosos de la serie Solo asesinatos en el edificio. En el punto central está Cruces en el desierto, un laureado episodio de Las Raras donde aparecen algunas de las cosas que van a encadenar los contenidos de este post.

Las personas (también infantes) que cruzan el Desierto de Sonora lo hacen para buscar una vida mejor. Y ese mejor no significa ir en limusina al colegio, significa, en muchos casos, existir sin que te maten por ser o sin que se te mueran los niños de hambre. Sin ánimo de estigmatizar, lo cierto es que aún hay países de América Latina con persecución a la disidencia política, con persecución a las personas LGTBIQ+ (con especial persecución a las personas trans, algo que se empieza a compartir, desafortunadamente, con la extrema derecha y TERFs de los mal llamados países desarrollados), con unas tasas de feminicidio intolerables (ningún nivel de feminicidio es tolerable, pero no todos te hacen huir de tu país), con tasas de violencia por actividades delictivas diversas, etc. Cuando los dirigentes o los intolerantes cogen los micrófonos y denigran a las personas migrantes, tengo la sensación de que tratan la migración como si fuera un capricho. En el caso de las personas con capacidad económica quizá sí lo es, pero no en los casos en los que estamos hablando de migrar o morir. Cuando las personas se ven obligadas a migrar, dejan todo atrás: a su tierra, a su familia, su memoria, su idioma, sus recuerdos, su identidad… Todo. Y atraviesan en condiciones infrahumanas continentes y países, muriendo muchos de ellos por el camino, exponiéndose a la trata de mujeres y niños y niñas o endeudándose de por vida. Y todo eso vale la pena con tal de dejar el horror en el que viven. Que no se nos pierda eso de vista. Otro episodio de Las Raras pone el foco en Estrella, una mujer trans que durante años trató de llegar a EEUU ya que su existencia no era posible en su país de origen, donde estaba en riesgo extremo de muerte. Estrella cuenta su viaje aquí:

En el episodio de Cruces en el desierto se produce una llamada de emergencias de una mujer que se ha perdido en el desierto. Hay más llamadas desesperadas desde el desierto, como esta (atención, contenido muy duro -y el enfoque ya tal-):

El ser humano es capaz de lo peor. Pero también es capaz de lo mejor. Las Raras hablaban del hombre que iba marcando cruces en el desierto en aquellos lugares donde habían aparecido cuerpos sin vida de migrantes en tránsito. Es su forma de honrar la memoria de cada una de esas personas, de ofrecerle cierto consuelo a sus familias -que probablemente nunca sabrán qué fue de sus familiares- y de darle humanidad al horror. En este podcast hacen una entrevista al artista Álvaro Enciso que, con el dinero que saca de su producción artística, financia esta especie de instalación- homenaje en Sonora:

También hablan de este cementerio de cruces en este podcast de la BBC y aquí, en francés.

La crisis del desierto de Sonora llegó a su punto más extremo hace pocos años y se cocinó con las leyes de Trump pero también con las vallas y muros que se construyen desde la era Obama, pero la crisis migratoria hace décadas que es protagonista en la zona. Y como el ser humano es capaz, también, de lo mejor, cuando esta crisis comenzó, hubo personas buenas que hicieron lo que estaba en su mano para ayudar a las personas migrantes. Fue entonces cuando se crearon los Santuarios -de los que también hablan en Las Raras-. La historia de los Santuarios y de cómo siguen funcionando hoy en día a pesar de las autoridades la cuentan en el podcast 99% Invisible en dos episodios:

La guardia fronteriza estadounidense reclutó a personas de origen hispanoamericano para que se pudiesen comunicar mejor con las personas migrantes. Pero el origen compartido no fue, necesariamente, suficiente para mostrar un mínimo de empatía en algunos casos. Y sin juzgar a nadie, que ya sabe la sociología desde los 70 lo que pasa con la gente cuando lleva uniformes vinculados a la autoridad y ya sabemos lo de la ley de la obediencia debida en Argentina. «Yo es que hice lo que me mandaban». Afortunadamente, hubo gente que no hizo lo que le mandaban. O lo hizo hasta que su humanidad se impuso a su miedo:

Otro grupo de personas que también son bien capaces de sobreponerse al miedo y hacer lo que ni las autoridades ni algunas organizaciones no gubernamentales hacen, son las madres. Cruzando los continentes, los países, los desiertos, mueren muchas personas migrantes y desaparecen muchas más. La incertidumbre de no encontrar a tus hijos, tus nietos, tus hermanos, tus padres… Esa desesperación es la que llevó a las madres del desierto de Sonora (desde los dos flancos, mexicano y estadounidense) a buscar a sus desaparecidos por sus propios medios:

El recorrido de las personas migrantes también se recoge en el episodio Al otro lado del podcast Gabinete de curiosidades:

Sucede que a este hilo sonoro le acompaña un libro sonoro, que es el que en realidad ha desencadenado este post. En el libro Llego con tres heridas de Violeta Gil, la autora cita el Desierto sonoro de Valeria Luiselli. Fui a la biblioteca a por el libro en cuanto terminé el de Gil, a pesar de la inabarcable montaña de libros pendientes que tengo en casa, sin saber qué me iba a encontrar. Y me encontré un libro sobre documentales sonoros, sobre paisajes sonoros y sobre los niños y niñas perdidos -robados, deportados, secuestrados, explotados- del desierto de Sonora. El libro, que es novela, viene precedido por un ensayo de la misma autora, Los niños perdidos. Un ensayo en 40 preguntas.

Más cosas para leer:

Los pies caminan, la cabeza vuela‘ en Revista 5W. Ahora, a la angustia de cruzar y de los trámites legales, se le ha unido una app.

En otra zona de la frontera entre México y Estados Unidos, la artista Ana Teresa Fernández «elimina» las fronteras con su arte. Lo cuentan en este artículo de Código Nuevo y en este podcast de Future Memory.

He creado una playlist con todos los episodios para que sea más fácil de escuchar.